26 de febrero de 2012

WEBS: LEÍDO POR AHÍ

 
El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional Luis Moreno Ocampo encabezan un escrito ante la inhabilitación de Baltasar Garzón como juez que el Consejo General del Poder Judicial ratificó el pasado día 23 de febrero. Más de dos mil personas han firmado este testimonio de solidaridad redactado a modo de “obituario”.
 
Víctimas, trabajadores, periodistas, fiscales, abogados, magistrados, jueces, poetas, escritores, premios Nobel, defensores de derechos humanos, profesores, ex-relatores de Naciones Unidas, políticos, sindicalistas, miles de amigos se sienten muy cerca de Baltasar Garzón.

Al juez
En memoria de un gran Juez, una gran persona y un gran compañero. Todo por ese orden.
Baltasar Garzón ha sido, es y será ante todo Juez. Por encima de cualquier otra circunstancia, su condición de Juez ha marcado toda su existencia. Nunca ha querido ser otra cosa, ni más ni menos que Juez. La Justicia ha sido, es y será su vida.

Garzón tiene unas cualidades innatas que le han llevado a ser uno de los mejores jueces del mundo. Intuición, inteligencia, sagacidad, capacidad de análisis, conocimiento profundo de la naturaleza humana, sentido común, valentía, lógica,… todo ello combinado con un extraordinario conocimiento del derecho. Pionero en el estudio de las normas internacionales y del entendimiento de un mundo global en aplicación de la justicia. Por eso su nombre está escrito en el más alto lugar de la Justicia del que nadie podrá ya borrar.
El Juez Garzón ha contribuido desde su espacio profesional de la Audiencia Nacional a hacer de este un mundo mas justo y más seguro, con la única herramienta de la ley y el respeto a los derechos humanos.
Sus investigaciones han representado los mayores avances en justicia democrática. Porque persiguió la perversión que suponía la “guerra sucia del Estado”; impidió el desarrollo de espacios del crimen organizado; elaboró una estrategia global contra el terrorismo que ha conducido a su final; comprendió que el desarrollo de un país exigía combatir la corrupción; y, finalmente, luchó contra la impunidad de los crímenes contra la humanidad, partiendo de la universalidad de las victimas y desarrollando los valores y principios que representan la dignidad humana y la civilización.

Adolfo Perez Esquivel; Jose Luis Moreno Ocampo y mas de dos mil personas firman este escrito
 

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