Periódicos como Le Figaro, Le Monde, Die Tageszeitung o L´Unitá destacan como el descontento general y la movilización del movimiento de los indignados contra el bipartidismo pueden beneficiar ampliamente a otras formaciones políticas en las elecciones generales españolas. En concreto apuntan a los buenos resultados que podrían obtener IU, UPyD, Amaiur y Equo.
Le Figaro destaca en una crónica de Mathieu de Taillac la campaña de los indignados para votar a cualquier formación que no sea PP, PSOE o CiU. Explican que “los españoles desaprueban la vieja clase política. Favorecidos por el sistema electoral, el Partido Socialista y el Partido Popular suscitan una desconfianza similar en beneficio de las pequeñas formaciones locales… Los indignados quieren segun dicen “piratear las elecciones. Dicho de otra manera voltear el sistema contra el mismo. Votar más que abstenerse para acabar con el equilibrio bipartidista que domina la escena española desde hace 30 años”.
Esta desconfianza hacia los principales partidos podría beneficiar a formaciones más modestas. Según las encuestas, por ejemplo, la neo-comunista Izquierda Unida (IU) podrían pasar de dos a… doce diputados! Los ecologistas de Equo, la formación surgida hace apenas un año podría entrar en el Congreso. Amaiur, una plataforma independentista vasca, heredera de los aliados políticos de ETA, podría obtener hasta cinco miembros. En cuanto a los anti-nacionalistas y centristas del partido Unión Progreso y Democracia (UPyD), se espera que multipliquen por cuatro sus votos (1% a 4%) y pasen de uno a dos escaños.
Die Tageszeitung recoge en un artículo de su corresponsal Reiner Wandler: “Protestas: ‘¡No los votéis!’, decía en mayo el eslogan de los indignados con motivo de las elecciones autonómicas. Sin embargo, de repente el llamamiento a las urnas para este domingo se convierte para muchos en un tema. Esta vez quieren darle su voto a uno de los partidos pequeños. Las encuestas demuestran que la formación poscomunista Izquierda Unida, el partido liberal UPyD y el grupo recién surgido Equo pueden hacerse esperanzas de captar los votos de las filas de aquellos que le daban la espalda al sistema vigente.
A pesar de la inminente victoria de los conservadores, Fabio Gándara (portavoz de Democracia Real Ya) se muestra optimista: “La jornada electoral nos sorprenderá”, afirma. “El Parlamento incorporará a tantos partidos como nunca antes”, añade. Para él, esto marca el “comienzo del fin del sistema bipartidista”. Los pequeños partidos pueden hacerse esperanzas de captar parte de los votantes insatisfechos del frente socialista.
L’Unitá asegura en un texto de Claudia Cucchiarato: “entre ecologistas, vascos y voto de protesta. Las incógnitas de España. El domingo, primera prueba electoral desde el comienzo de la crisis que empezó aquí para cuajar en Europa. Los indignados dan la única indicación: elige a quien quieras, pero no a los dos partidos mayores. Frente a los clarísimos resultados de los sondeos que han publicado los dos mayores periódicos, los medios de comunicación buscan novedades en las formaciones generalmente “olvidadas” y que podrían aportar un poco de color a la tendencialmente bicolor Asamblea de Madrid. Es el caso del tercer partido español, Izquierda Unida, pero también del emergente ecologista Equo que cosecha simpatías en algunos periódicos progresistas.
Es el caso de los partidos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes: dos de las regiones que, junto con Andalucía, concentran las mayores preocupaciones para la izquierda, dado que por primera vez podrían volver la espalda al PSOE. Hay también el partido “anti-taurino” o el partido Unión Democrática y Progreso, de la ex socialista Rosa Díez. En los resultados que obtengan el próximo domingo estas formaciones estriba una de las mayores incógnitas de estos comicios. Incluso porque los sondeos les asignan aumentos significativos: en el fondo son los destinatarios del voto de protesta contra el PSOE.
Sin embargo, los debates en la TV y los titulares de los periódicos se dedican casi exclusivamente al desafío entre populares y socialistas: éste es el bipolarismo que la ley electoral española defiende y promueve. No obstante, desde este año los partidos menores comienzan a tener un espacio privilegiado. Todo esto ocurre gracias a los social-network, cada vez más decisivos para la tan anhelada promoción de una democracia desde abajo. Y sobre todo gracias al papel que en esta campaña electoral están desempeñando los indignados.
Le Monde recoge en un artículo el caso concreto de una votante socialista indignada, Mara Elena García que “ya no cree en el poder de las urnas. Dice que ha perdido la fe en la izquierda. ira por tanto a votar por un partido minoritario “seguramente los ecologistas de Equo”, un nuevo partido que busca agrupar a todas las fuerzas ecologistas hasta ahora diseminadas y divididas por el país y recupñerar un cierto número de las reivindicaciones de los indignados”.
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